
El Camino de Santiago
https://carlesfite.com/wp-content/uploads/2018/03/camino-de-santiago-espaldas.jpg 900 600 Carles Fité Carles Fité https://carlesfite.com/wp-content/uploads/2018/03/camino-de-santiago-espaldas.jpgEstreno esta nueva página web recién llegado de realizar el Camino de Santiago. Una experiencia extraordinaria y recomendable. De aquellas cosas que se deberían hacer al menos una vez en la vida. Aunque cuando la has probado ya empiezas a pensar cuándo volverás y por qué ruta.
El Camino es desconexión, naturaleza, paz, charlas, compañerismo, risas, sufrimiento, rutinas, gastronomía, gente, soledad, miradas…
Cada uno hace y debe hacer el camino a su manera. No serás mejor ni peor. En albergues u hostales, con mochila o mochilero, a buen ritmo o de paseo, con cantimplora o parando a tomar cervezas. Es igual, todos los métodos son válidos. Y todos tienen sus matices.
Yo lo hice con mi hermano, partiendo en tren desde Barcelona a Sarria en una butaca en la que pasamos 13 horas. De noche, no se nos hizo largo. Las ganas por llegar estaban presentes y la ilusión nos embargaba. Así que cuando pisamos Sarria, con el retraso habitual de Renfe, un taxi nos esperaba para llevarnos a Triacastela, nuestro punto de partida.
En ese taxi, que partía en el que sería el destino de nuestra primera etapa, rápidamente entendimos muchas cosas: que la lluvia sería protagonista, que no nos habíamos equivocado en lo que íbamos a hacer y que hay gente amable y maravillosa.
Eran pasadas las 10 de la mañana, nos tomamos un café con leche, un zumo de naranja y un sandwich mixto cada uno y estrenamos nuestra credencial de peregrino. Una especie de pasaporte que tiene su encanto ya que lo vas llenando de sellos de los sitios por los que vas pasando. Un generador de recuerdos.
Una foto para el recuerdo, la funda para la mochila, abrigados y empieza la aventura…
No os voy a contar todos los detalles del viaje, pero si algunas conclusiones que sacamos una vez finalizado el Camino:
- Importantísimo cuidar los pies: un buen calzado, unos buenos calcetines y vaselina cada día en la planta de los pies antes de empezar a caminar. Con esto, ni un problema en todo el Camino.
- Nosotros llevamos la mochila encima, pero si ahora lo volviera a hacer, haría que me la llevaran y así disfrutar más del recorrido sin sufrir el peso en la espalda. Vale unos 3 euros por bulto y día.
- Una de las claves para que la etapa no se haga tan larga es parar a comer unos 4 o 5 kilómetros antes de la llegada. Un menú de 10€ que te refuerza y hace que llegues al pueblo de destino como un paseo menos cansado y valorando más el paisaje y la llegada.
- Nosotros dormimos en hostales. Se agradece tener un baño propio y toallas limpias. Además son muy económicos.
- El Camino te hace pasar por casi todas las aldeas e iglesias. Lástima que muchas estaban cerradas, pero se agradece para ver las casas y entrar a las iglesias abiertas a sellar.
Próximamente escribiré un post sobre la ruta gastronómica del Camino. Porque andar está muy bien, pero coger fuerzas ¡es imprescindible!
Dejar una Respuesta