
El Molí de l’Escala: un tesoro gastronómico en plena Costa Brava
https://carlesfite.com/wp-content/uploads/2018/04/moli-de-lescala.jpg 900 600 Carles Fité Carles Fité https://carlesfite.com/wp-content/uploads/2018/04/moli-de-lescala.jpgUna de las citas ineludibles de cada Semana Santa con un grupo de amigos es cenar en el Molí de l’Escala para probar el menú de temporada del chef Jordi Jacas. Un menú degustación que se supera año tras año y que lo acompaña un maridaje cada vez más perfeccionado.
El restaurante se encuentra en un paraje extraordinario en plena Costa Brava: un antiguo molino harinero con más de 23 siglos de historia. Además ahora convertido también en hotel que he tenido la suerte de probar para poder constatar que las habitaciones cumplen perfectamente con lo deseado en tal escenario: cómodas, rústicas, cuidando los detalles y combinadas con la última tecnología desde la domótica hasta las conexiones USB en cada esquina enlazando directamente con la televisión.
Pero centrémonos en el menú degustación del Molí de l’Escala. Con platos que siguen evolucionando alrededor de los orígenes del chef y del restaurante, sin perder nunca la esencia. Estamos cerca del mar y su sabor nunca lo perdemos. Desde unas ostras acompañadas de parmesano hasta el ya clásico e imprescindible pan con tomate y anchoa de l’Escala en un formato muy especial.
No quiero desvelar los platos porque lo mejor es lanzarse y dejarse llevar por una cadena de sabores, aromas, gustos y productos que van a hacerte disfrutar al máximo. Sabiamente encadenados, servidos a un ritmo acertado y elegantemente presentados.
Cantidades justas, para no terminar sufriendo ni tampoco quedarte con hambre. Y rematados con unos postres con ese punto fresco y suave para finalizar la comida de forma redonda.
Y todo acompañado de un maridaje superior. Apostando básicamente por vinos blancos pero con alguna incursión de rosado, cava y tinto. El sommelier David Dominguez ha aprovechado sus meses de desconexión para formarse todavía más y con la confianza ganada a pulso, ser atrevido y arriesgar con vinos que hacen justicia a las maravillas culinarias preparadas excelentemente por el chef Jordi Jacas.
Sin duda un menú imprescindible para aquellos que gusten de una buena experiencia, con una relación calidad-precio extraordinaria y que hacen que valga la pena acercarse hasta l’Escala. Y de paso aprovechar para visitar esta maravilla de ciudad o la vecina Sant Martí d’Empúries, porque además de cenar ya saben que también se pueden quedar a dormir. Y créanme, vale la pena.
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