Carles Fité

Los problemas del Barça

Cuando un equipo llega a la situación a la que ha llegado el Barcelona, evidencia dos cosas: que no hay un solo culpable y que los males vienen de lejos.

Pero sí podemos jerarquizar los responsables del desastre. Y lógicamente hay que empezar por arriba, por el presidente y su junta directiva. Y no me vale hacer un balance numérico de títulos y quedarnos tan anchos. Para mí es imprescindible ver lo que tenías cuando llegaste y lo que has dejado.

Joan Gaspart, por ejemplo, heredó un club de Nuñez económicamente fuerte (y mucho más tras la venta de Figo) pero deportivamente tocado. No supo invertir bien el dinero y no consiguió remontar la vertiente deportiva, no logrando ningún título, y dejando un proyecto moribundo pero al menos no destrozó la cantera, fichó a Messi y empezaron a tener minutos jugadores como Xavi, Iniesta o Puyol.

Por eso considero al tándem Rosell – Bartomeu, la peor época de la historia reciente del Barça. Por lo que heredaron y lo que han dejado. En 2010 cogieron al mejor equipo de futbol de la historia, con una base que acababa de darle a España un Mundial y con el añadido de tener al mejor jugador de todos los tiempos. Y han dejado un club en bancarrota, una plantilla descompensada y con contratos millonarios y un futbol base totalmente destrozado. Por lo tanto, aquí tenemos el principal culpable de la situación actual en la que se encuentra el Barça.

Se necesita una revolución total. Empezar un proyecto nuevo que seguramente reclame paciencia porque no se puede tirar de cantera ya que el futbol base está aniquilado. En lugar de formar jugadores, se ha hecho negocio. Y no pensando en el bien del club, sino en el de los que han entrado en las operaciones.

 

El problema Messi

Viendo el panorama, Messi quiso hacer un último favor al Barça: irse. Piqué dijo que si hacía falta lo haría, pero en lugar de dar el paso ha renovado hasta los 37 años y con aumento de sueldo cada año. Messi en cambio solo quería irse gratis, como han hecho tantos y tantos jugadores que lo han dado todo en el Barça. Ojalá Bartomeu le hubiera dejado. Primero porque el Barça se ahorraría una ficha desmesurada y segundo porque es obvio que Messi no tiene la cabeza en el club. Y lo que es peor, quiere (porque es competitivo siempre) pero no puede.

Y ahora Messi es un problema. Porque no puede decidir él solo los partidos como hacía antes. Hay que ser agradecidos a sus 17 años dando tantas alegrías al Barça, pero Messi también debe pensar cómo debe ser su final de carrera. Si debe irse a una liga menor como tantos otros jugadores han hecho o intentar competir en alguno de los pocos clubes que pueden asumir su ficha. O quedarse en el Barça asumiendo que no lo puede jugar todo. Que debe ser cambiado o incluso empezar desde el banquillo.

Irse con un burofax tampoco era buena idea. A ver, el Barça le debe agradecimiento eterno por su talento, pero se lo ha pagado con creces. Messi ha cobrado lo que se ha ganado en el campo, se le ha renovado constantemente y se le han aguantado todos los desplantes, como el de Anoeta, con el Tata Martino y tantos otros que no sabemos… o no vale la pena explicarlos. Messi debe ser consciente de que empieza a ser humano, y que juega con jugadores que no habían nacido cuando él debutó. Tempus fugit. Y se adapta a su nuevo rol o el Barça tiene un problema. Porque siempre habíamos hablado de cómo sería el Barça sin Messi, pero estaría bien que el propio jugador se empezará a preguntar que será de Messi sin el Barça.

Y Koeman tiene un problema. Porque es consciente que, si no lo pone o lo cambia, el argentino se va a enfadar y puede romper la harmonía del vestuario. Messi no ayuda a que su gestión sea fácil ahora mismo. Y esta afirmación es totalmente compatible con que es el mejor jugador de la historia, que el Barça le debe hacer mil homenajes, darle el nombre del estadio y ponerle una estatua en cada esquina.

De acuerdo, Messi no es el único culpable de la situación deportiva. Claro que no. Pero hablaba de jerarquía y es el capitán y el que más cobra de la plantilla. A él hay que sumarle Piqué, Alba o Busquets. Jugadores renovados con sueldos que aumentan cada año y con rendimientos que disminuyen cada mes. Inaceptable.

O Koeman, que se empeña con el doble pivote, con despoblar el centro del campo del Barça y con intentar remontar partidos a base de poner más delanteros, como en el cole. Y Griezmann. Un jugador que no ha cumplido para nada las expectativas y el coste de su fichaje. Desubicado, desafortunado de cara al gol y con un carácter complicado. Mal fichaje.

 

¿Y ahora qué?   

Al menos ahora el Barcelona tiene la opción de solucionar el primero de los problemas: el de la junta directiva. Tarde y mal, el 24 de enero habrá elecciones. Y el socio del Barça tiene una responsabilidad enorme de decidir a quién le cede el solar actual en el que se encuentra el club para que empiece la reconstrucción. Durante la campaña nos contarán cuál es su proyecto. Escucharemos atentamente.

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