Messi: El vaso medio lleno
https://carlesfite.com/wp-content/uploads/2021/08/messi-se-va-del-barcelona-carles-fite.jpg 640 360 Carles Fité Carles Fité https://carlesfite.com/wp-content/uploads/2021/08/messi-se-va-del-barcelona-carles-fite.jpgLa noticia ha sorprendido a todo el mundo, en el sentido más global y literal de la palabra. Leo Messi no renovará con el Barça. Evidentemente el conjunto azulgrana perderá a su jugador estrella y al máximo goleador de la Liga los últimos cinco años. Y su salida no ha estado acorde con todo lo que ha dado por el club en su larga y exitosa carrera. Pero las circunstancias no son las que uno quiere, sino las que uno se encuentra y puede afrontar.
Laporta ha heredado un Barça en quiebra y con contratos firmados que no le dejan margen de maniobra. Y como buen líder ha tomado decisiones, dolorosas, contundentes pero a grandes males, grandes remedios. Como dijo en la rueda de prensa posterior a la decisión: avanzamos dos años el momento de la renovación y del Barça sin Messi.
El Barça sin Messi. Un momento que todos sabíamos que llegaría, pero seguramente, no de esta forma. ¿Y ahora qué? ¿Tan malo es que Messi no juegue más en el Barça? Pues no. Como toda crisis, también es una oportunidad para cambiar cosas. Cuando hay una alteración tan contundente a una normalidad, igual que pasó en la pandemia, hay que aprovecharlo para revertirlo y sacar ventaja. ¿Y puede hacer el Barça esto con el caso Messi? Sí, seguro.
Alineación
Para empezar, el entrenador del Barça podrá pensar en hacer un once… con once jugadores. Hasta ahora, eran Messi y 10 más. Él jugaba siempre, y si no lo hacía, había que negociar, consultar, debatirlo. Ahora no. Nadie es intocable. Se puede sorprender al rival, cualquier jugador puede terminar en la grada o empezar desde el banquillo. Sin miedo a que se monte un terremoto como el que le montó a Luis Enrique en Anoeta por no ponerle de titular.
Cambios
Y no solo eso. También puede pensar en hacer cambios sin problema. Hasta ahora Messi nunca era sustituido. Era igual si el Barça estuviera goleando o el argentino estuviera fundido. Si él no quería, no había cambio posible. Porque Messi odia ser sustituido. Le da mucha rabia. Prefiere empezar desde el banquillo y jugar 45 minutos a ser cambiado en el minuto 60. No lo soporta.
Privilegios
Más importante todavía. Una de las mejores noticias de la marcha de Messi: desaparecen los privilegios para sus protegidos. Porque, que Messi tuviera los privilegios mencionados anteriormente, se puede entender. Se lo ha ganado. Sin duda alguna. Pero que otros jugadores, se apuntaran a las ventajas de jugar siempre o tuvieran un trato especial, era un lastre complicado, muy complicado para el entrenador. Se acabó.
Presión
Tácticamente también es una oportunidad. De hacer algo diferente, de intentar una presión distinta. Messi condicionaba totalmente el dibujo azulgrana. En la balanza, te salía más rentable que el argentino no se excediera en esfuerzos defensivos para poder aprovechar al máximo su talento en su fase ofensiva. Pero ahora ya no tienes que hacer ese sacrificio. Ya puedes pensar en presión de once jugadores, por ejemplo.
Liderazgo
Y el liderazgo. Messi es un capitán atípico. No le gustan mucho los micrófonos. Y es una lástima. Porque el capitán del Barça debería dar la cara a las duras y a las maduras. Cuando el equipo hace el ridículo en Europa ante el Liverpool o el Bayern le pinta la cara, el capitán debe asumir su rol. Y pedir perdón a los socios y aficionados. Pero Messi no habla mucho. Concede entrevistas a sus amigos y nunca usa la sala de prensa del club. En el vestuario tampoco habla mucho, a no ser que sea para llamar la atención a los que hacen autocrítica públicamente, como Ter Stegen. La marcha de Messi también será una oportunidad para cambiar el liderazgo del vestuario. Dar el relevo a una generación nueva, con ganas y con autoestima.
En definitiva. El Barça pierde mucho sin Leo Messi. Pero también gana. Gana el momento de reinventarse, de sacar orgullo de equipo y de competir al máximo por todos los títulos. Igual que han hecho el Chelsea, el Liverpool o el Bayern de Munich, que han ganado la máxima competición continental sin Messi en sus filas. Porque en fútbol ganan los equipos. Y es el momento de empezar a construir el equipo del Barça del futuro. Mimbres hay. A ver qué tal queda la cesta.
oscar
Lo has bordado señor y mira que soy del Madrid. Me parece que esa es la cuestión no seguir llorando y mirar para adelante, el problema culé siempre a sido este el victimismo ya es hora de pasar a una nueva era.