La verdad es que no nos podemos quejar. Ha sido un verano deportivamente muy potente. Primero con una gran Eurocopa que nos regaló un montón de emoción con remontadas, prórrogas y penaltis. Y luego con unos juegos olímpicos que, a pesar del desfalco horario, nos han hecho trasnochar con récords, sorpresas y competiciones para la historia.
Y ya está aquí, vuelve la Liga. Justamente esta semana se cumple un año del 2 a 8 de Lisboa del Bayern al Barça. Solo un año. ¡Cuánto ha llovido! Han pasado tantas cosas… Pero os aseguro, y haced el favor de creerme, que estoy mucho más ilusionado con el Barça esta temporada que la anterior. Sin duda.
Ya sé que muchos pensaréis que el Barça sin Messi no tiene sentido y está tocado de muerte, pero este tema ya lo analicé y expliqué porque veo el vaso medio lleno, que no voy a repetirme.
Pero sí que quiero hacer hincapié en la ilusión que me despierta esta temporada. La oportunidad de ver un Barça diferente a los últimos 21 años. Y diferente no quiere decir mejor, ni tampoco peor, significa diferente.
Tengo ganas de ver quién coge el liderato en el campo, de descubrir a un Griezmann sin excusas y jugando en su posición natural. A un De Jong totalmente adaptado y a un Pedri consolidado. A un Ter Stegen soberbio franqueado con grandes promesas hechas ya realidad como Araujo o Eric Garcia. Y la recuperación, confío que satisfactoria, de Ansu Fati, acompañado del hambre de Memphis Depay y quizás la experiencia, si las lesiones se lo permiten, del Kun Agüero. Y la magia de Riqui Puig, ¿por qué no?
Y todo liderado desde el banquillo por un Koeman que sabe que era segundo plato, que ha seguido porque no han encontrado o no han podido pagar nadie mejor. ¿Qué tiene que perder? Nada. A morir con sus ideas.
Es verdad, no está Messi. Pero hay mimbres para hacer un gran equipo y estoy seguro que para hacer una gran temporada. Nivel de sobras para luchar y ganar la Liga española. Y nivel para pelear y darlo todo en Europa. Puedes perder… ¡claro! Pero con Luis Suarez, Arturo Vidal y Messi te metieron ocho. Y solo hace un año. A peor no puede ir. Por lo tanto, estamos mejor.
Y si no me creen, guarden este artículo y en unos meses hablamos. Soy generoso y he cogido un barco grande. Para que todos podáis subiros cuando empiece a entrar la pelotita…