Adiós a las vacas sagradas

Ha pasado un año y 16 días de la nefasta noche europea en la que el Barça perdió 2 a 8 contra el Bayern de Munich en Lisboa. Una de las peores goleadas de la historia de los azulgrana.

En menos de 13 meses, el Barça ha cambiado de presidente, de entrenador y se han ido jugadores estrella en ese momento como Luis Suarez, Messi o Griezmann. Sin duda, ese partido ha traído consecuencias.

Mucho se había hablado en la época de Guardiola del fin de ciclo. Ahora ya sabemos lo que es un fin de ciclo. Ha sido ahora. Pero también signfica que cuando finaliza uno, empieza otro. Y hay síntomas de ello.

Me refiero a los jóvenes. Si quieres empezar un nuevo ciclo, es importante ver quiénes quieren liderarlo. Y parece que la generación que llega lo quiere hacer. Pedri es un jugador que está creciendo a pasos agigantados y que no se asusta ante nada. Manda en el campo y cada vez más fuera de él. Y podemos añadir a Eric Garcia, gracias su conocimiento ya del club y al liderazgo que ha demostrado en estas pocas semanas.

Ansu Fati. Otro que quiere galones. Tras un año en el infierno, se muere de ganas de pisar verde en partido oficial. Y no se ha atemorizado cuando el club le ha propuesto llevar el diez. Heredará ese dígito tan especial que han lucido Messi, Ronaldinho, Romario o Maradona. Falta saber cómo volverá tras tantos meses parados, pero de momento no hay motivos para no ser optimistas.

Luego está el mal llamado clan de los holandeses. La unión del Barça con esta comunidad neerlandesa es innegable a lo largo de la historia. Y con Koeman tenemos a De Jong, Frenkie y Luuk, y a Memphis. El primero, Frenkie, está en un momento de forma excepcional. Y el último, Depay, se está adaptando de forma muy rápida. No parece mala idea para encarar la temporada. Sumémosle, cuando se recuperen, el Kun y Dembele. ¿Quién nos puede negar que no veremos la mejor versión y la más madura del francés?

Y finalmente, las vacas sagradas de la casa que se quedan con un esfuerzo económico. Porque las vacas que se han ido, ya son historia y eran los tres sueldos más altos, con diferencia, del club. A veces hay que sacrificar la reina para ganar una buena partida de ajedrez. Su marcha marca claramente el cambio de ciclo. Un nuevo ciclo en el que los jugadores deben mandar en el campo, no en el palco como pasaba hasta hace poco. Y los cuatro que se han quedado, los cuatro capitanes, deben sumar y ponerse a disposición de los nuevos líderes, los jóvenes.

Y Koeman debe ser el encargado de esta transición de cambio de ciclo. Un entrenador con carácter, que ya tiene experiencia en esto y que no se arruga por dejar a un crack en la grada o por darle minutos a un menor de edad. Ese es el entrenador que necesita ahora el Barça. Seguramente no es el mejor tácticamente, pero igual es de los mejores para hacer estas funciones.

Plantilla cerrada, al menos, hasta enero. Cambio de ciclo en marcha. Que ruede el balón y a disfrutar con el nuevo ciclo. Eso sí, démosle tiempo. No los matemos el primer día…