Al loro, que no estamos tan mal!

El Bayern pasó por encima del Barça, que no chutó entre los tres palos en los 90 minutos. Vale, este es el titular catastrofista que estamos leyendo y escuchando en los diferentes medios y aficionados horas después de la jornada de Champions. Y realmente es cierto. Pero todo depende también del contexto que le des.

Y el contexto del Barça para este partido era dramático. A una plantilla en plena construcción, se le sumaron un montón de bajas y jugadores sin ritmo de competición. Y enfrente un rival mucho más rodado y claramente con una plantilla de nivel superior… a día de hoy.

Matar a Koeman es lo fácil. Pero no me parece lo correcto… todavía. Viendo a los jugadores disponibles que tenía para este partido, no me pareció mala idea resguardarse y hacer una alineación sensata, intentando defenderse y no sufrir mucho daño. Porque era el primer partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones. Lo importante es queda entre los dos primeros y pasar de fase. Y más esta temporada en la que quedar primero o segundo no tendrá tanta importancia ya que ha desaparecido el valor doble de los goles fuera de casa, por lo que el factor campo no será tan importante.

Puso lo que tenía. Incluso más de lo que hubiera querido. Tuvo que jugar Sergi Roberto de carrilero derecho porque Dest no estaba todavía al 100×100. Tuvo que jugar Jordi Alba a pesar de estar iniciando un proceso febril y haber pasado mala noche. Tuvo que jugar Luuk de Jong a pesar de llevar meses sin hacerlo y sin apenas haber entrenado con su nuevo equipo. Pero no había más. Coutinho también llevaba meses sin jugar. Sin duda, los jugadores disponibles y cómo estaban, no era el mejor contexto para recibir a uno de los mejores equipos de Europa.

¿Los jóvenes? Sí, el Barça tiene unos jugadores jóvenes que apuntan maneras y que son los brotes verdes a la hora de pensar optimista en un futuro próximo. Pero ponerlos de titular ante el Bayern de Munich, sin un conjunto que los arrope y los acompañe, era llevarlos al matadero. Deben ir entrando poco a poco, teniendo minutos, aprendiendo y cogiendo experiencia. Pero no los podemos quemar antes de tiempo. Y eso Koeman lo está haciendo bien, confiando en ellos, poniéndolos en momentos difíciles pero no haciendo que asuman toda la responsabilidad del club en estos momentos tan delicados.

Porque el club está jodido, hablando en plata. Y la derrota ante el Bayern también sirve para tocar de pies en el suelo y saber que no se puede deshacer el trabajo mal hecho durante años en apenas unas semanas. El Barça lleva tiempo dinamitando su historia y su esencia, y ahora va a costar recuperarla, pero matando al entrenador en el primer contratiempo no va a ser la solución. Seguramente Koeman no sea el mejor entrenador de la historia, pero sí creo que sea el ideal para esta transición y este crecimiento. Lo de culpar al entrenador ya lo hemos vivido con Valverde o Quique Setién, y ya sabemos que sin ellos tampoco se resolvió el problema.

Ante el Bayern no, pero ante el Granada o el Benfica sí que hay que exigir. Exigir que compitan y rematen, que no piensen primero en defenderse. Y eso que siguen las malas noticias como las lesiones de Pedri y Jordi Alba. Pero por eso no podemos exigir juego brillante, pero si resultados y evolución. Una evolución que cuando los jóvenes vayan cogiendo ritmo y experiencia, los lesionados se recuperen y los recién incorporados cojan sensaciones, igual podemos esperar algo más de este equipo. Pero no en la primera jornada, con un contexto complicado y ante un rival imponente. Matar al entrenador ya se ha hecho y no ha funcionado. Seamos sensatos.